sábado, 11 de junio de 2016

Simbología Errónea de la Felicidad

La Felicidad no depende de cuanto Tienes sino de cuanto Das

¿Qué es la felicidad? Para mi, la felicidad es experimentar paz interior, o sea, paz mental, emocional, sentimental y espiritual. La felicidad es bienestar, sentirse bien interiormente, sentirse realizado.

Todo el mundo realmente sabe y habla, cuando habla de la felicidad, de un estado interior, por lo que no entiendo ese empeño de asociar la felicidad a cosas materiales, a posesiones, y hasta a relaciones.

La simbología de la felicidad, inculcada en la mente y alma, sí, alma del ser humano, por un sistema comercial, que nos intenta vender una felicidad embotellada, empaquetada, no es que sea totalmente errónea, sino, que también condena a la infelicidad a los menos agraciados.

Una vez, un alumno/amigo mío me dijo: "me da lo mismo, pero lloro mejor en un porche que en un seat 600". Yo estoy completamente de acuerdo con mi amigo porque Dios nos prometió abundancia a todos, y claro está que ni la riqueza ni la pobreza son sinónimos de felicidad, pero lo que nos han hecho creer que es la riqueza más elevada (la material), es, por supuesto, la riqueza más baja, y no aporta felicidad alguna.

La Realización Personal es un Pilar básico de la Felicidad

Puedes regalarle millones a una persona infeliz, deprimida, anímicamente pobre y no por obtener ese dinero recobrará la felicidad, la salud, el bienestar.

Existen muchos tipos de riqueza, y la riqueza material es la más baja (como dije antes), y la más absurda, porque es la riqueza que contamina, que destruye, que empobrece al ser humano como ser digno, ético, moral, espiritual, solidario.

Existen personas que son capaces de matar por conseguir dinero, y de hecho lo hacen, si no directamente, si contaminando el medio ambiente, destruyendo la naturaleza, a costa de la salud de los seres humanos y otros seres.

La riqueza de sentirse realizado, por ejemplo, es una riqueza más elevada que la riqueza física, y sí aporta felicidad.

El Amor no se Compra ni se Vende pero llena el Corazón de Felicidad

La riqueza de saber amar, hacerlo, y sentirse, permitirse, ser amado, es aún una riqueza superior, y también aporta felicidad.

La riqueza de conocer a Dios es el bien más preciado y la felicidad absoluta.

¿De qué te vale obtener riquezas si es a costa de la felicidad de los demás? ¿De qué te valen las riquezas que matan a los pájaros que cantan, y a los niños que cantan? ¿De qué te valen tus riquezas si eres incapaz de aportar nada bueno al planeta que fue tu cuna y tu patio de juegos? ¿de que te vale tu riqueza si nadie te ama, ni eres incapaz de amar a nadie? ¿de qué te vale tu riqueza si tu infelicidad te carcome el alma y eres incapaz de dormir una sola noche con paz en el alma?

La vida, la vida feliz, es más que todas esas posesiones que si no se utilizan para bien de todos solo son basura, y si no se consideran basura ahora, serán basura dentro de unos años. Montañas de chatarras, de gases y líquidos venenosos, que comerán, respirarán y beberán tus hijos, nietos, bisnietos. Tu legado a la Tierra, tu legado a generaciones futuras.

Feliz es todo aquél que deja el Planeta mejor que lo Encontró

Sé, a ciencia cierta, que tu alma no te la sanará ni el último modelo de yate, coche o vestido. No seas tan absurdo o absurda, de creer que te vas a sentir mejor, que serás más feliz cuanto más dinero tengas. Con lo necesario es más que suficiente para ser feliz, porque es lo único que necesitas para mantener tu cuerpo físico vivo. El alimento espiritual, ese alimento que necesita tu alma para que puedas llegar a ser feliz no viene embotellado ni empaquetado, no se compra en los grandes almacenes, sino que nace de ti y te trasciende llegando a todo el universo, y por lo tanto a ti mismo también.

Intentemos simbolizar la felicidad de una manera seria, madura, verdadera, consciente. Las lluvias de billetes no hacen feliz a nadie pero maleducan y acomplejan a nuestros hijos, y a nosotros mismos.
Simbolizar la felicidad con bienes materiales es maltratar psíquicamente a toda persona menos agraciada materialmente, y todo lo contrario a lo que solidaridad y caridad se refiere.

Seamos inteligentes, seamos felices, ...

Damián Alvarez






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