miércoles, 6 de julio de 2016

La Raíz de la Maldad

La Raíz de la Maldad no comienza con el Pecado Original

Se habla mucho del "pecado original" echándole siempre la culpa de todo mal al ser humano, quizás es una táctica de los seres espirituales negativos para acomplejar a la humanidad y crearle mala conciencia y sentimientos de culpa.

Para mí por lo menos, está completamente claro que la raíz del mal no comenzó en la Tierra sino en planos espirituales superiores. Siempre ha sido Satanás quien ha tentado a los seres humanos, por lo que se deduce que la maldad no es innata del hombre sino inculcada desde fuera y anterior al "pecado original".

La envidia, la soberbia, la vanidad, el orgullo, la prepotencia no son exclusividad del ser humano, otros seres espirituales ya habían hecho y siguen haciendo buen uso de estos "frutos" de maldad:

El Arcángel Miguel gana la Batalla Celestial y expulsa a Lucifer

"Al principio, todos los ángeles eran uno, y no existía división entre ángeles y anti ángeles (diablos, demonios).
En ese "tiempo", al frente de las huestes celestiales de ángeles se encontraba el mejor y más fuerte serafín: Lucifer.
Lucifer era uno de los pocos ángeles a los que se ha concedido el privilegio de presenciar al Creador. Lucifer cuando se traduce del latín significa: "Luminoso". Lucifer era el ángel que más brillaba en el Universo, era la "Estrella de la Mañana", el lucero matutino.  

Pero llegó un "momento" en que Lucifer, arrollado por su vanidad y prepotencia, pensó que era más digno del título de Dios que el Tetragramaton (Jehovah, uno de los 12 nombres de Dios que conocemos), y se rebeló contra Él. Entonces, comenzó la gran batalla celestial, en el que Lucifer fue desterrado por el Arcángel Miguel de los planos más elevados de la creación espiritual al suelo (planos inferiores muy cerca de los planos físicos), pero Lucifer consiguió llevarse consigo más de un tercio de las huestes celestiales. Así que los anti ángeles o ángeles rebeldes (demonios, íncubos, súcubos y otras criaturas del averno)  siguieron ciegamente al que una vez fue su comandante en el cielo: Lucifer, quien se convirtió (por lo tanto) en Satanás, Diablo (el que miente, el traidor, el que engaña, el más bajo de los seres espirituales)".

Damián Alvarez.




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