domingo, 26 de noviembre de 2017

La Oración del Padre Nuestro. El Gran Secreto Desvelado. "... y Perdona nuestras Deudas así como nosotros Perdonamos a nuestros Deudores"

Es más Práctico e Inteligente Perdonar que Curar: "Te Perdono"

"... y Perdona nuestras Deudas así como nosotros Perdonamos a nuestros Deudores ..."

No creían que Jesús tuviera derecho y poder para perdonar pero sí le permitían curar. ¿Son entonces nuestros "pecados" la raíz de toda enfermedad? o mejor dicho ¿son los síntomas derivados de nuestros "pecados" lo que Dios nos tiene que perdonar para no enfermar y vivir eternamente? Síntomas como odio, ira, rencor, rabia, engaño, mentira, miedo. Y además lo que tenemos que perdonarle a los demás. ¿Son esos "pecados" nuestras deudas y las de nuestros deudores?

El perdón, el saber perdonar y el hacerlo, es un don de Dios, está completamente claro. Nosotros, los humanos, como seres creados a imagen de Dios también sabemos (o podemos aprender), y debemos de perdonar. También darse cuenta que le pedimos a nuestro Padre celestial esa dádiva ya que nosotros también perdonamos (se supone).

Realmente, la única forma de vivir en paz es aceptando disculpas y perdonando. Dios conoce nuestras "debilidades", nuestras "imperfecciones". Dios también sabe que somos vilmente engañados por los seres espirituales negativos para que dirijamos energías negativas hacia otras personas, y le causemos daño, aunque sea de forma inconsciente.

Sí, el odio, el rencor, la rabia, la ira, las ansias de venganza nos convierten en monstruos destructores. Las pasiones negativas fuertes no hacen bien ni al que las produce ni al que las recibe. Sí, las emociones son también energía y se mueven en la dirección que la dirijamos a la velocidad del sentimiento, causando estragos a nuestro alrededor, así como en nuestro propio cuerpo y alma.

Perdonar. Requisito Previo para ser Perdonado

Si analizamos nuestras vidas, nos damos cuenta que aparte de nuestros actos, nuestros pensamientos, sentimiento y emociones, pues no existe mucho más. Así pues, las emociones, las pasiones, son un pilar importante en nuestras relaciones.

Las emociones las crea y las interpreta el chakra Sacro. En este centro energético yace la fuerza creativa, creadora, la energía sexual, el deseo, pero también la ira y la fuerza de destrucción.

Expuesto lo anterior, nos damos cuenta de que debemos pedirle a Dios que nos perdone (muchas veces nos es hasta difícil perdonarnos a nosotros mismos y padecemos de mala conciencia, creando infelicidad en nuestras vidas), como a un padre comprensivo, cariñoso. Aunque nos eche alguna regañina siempre podemos confiar en que Dios nos entiende, porque conoce nuestros corazones, nuestra esencia de amor.

El daño que podamos haber causado a otras personas es semiinconsciente, debido al engaño en el que nos desenvolvemos, debido principalmente a una educación errónea basada en el miedo, en la mentira, porque ¿cómo puede nacer algo malo de un ser que en esencia es amor?. Dios lo sabe.
Así pues, debemos de vivir como Dios mismo, perdonando a nuestros semejantes, no teniendo miedo, ni creyéndonos menos por pedir una disculpa, pedir perdón, aceptar un error, una equivocación. Pedir perdón es de valientes y perdonar de héroes.

El Perdón Sana, Cura, antes de que la Enfermedad se Manifieste

Piensa siempre que para recibir este don de Dios (el perdón), es un requisito previo que nosotros también hayamos perdonado. También un requisito para poder vivir en paz y unión.
Recuerda también que en la oración dice "nuestras deudas", y no "mis deudas". Pídele a Dios que perdone a todas aquellas personas (incluyéndote, claro está), que maltratan no solo a sus semejantes sino también al planeta. Ten en cuenta que una gran mayoría "tiene ojos y no ven, tiene oídos y no oyen".

Vivamos en Paz, vivamos como Dios, o sea, creando, y no destruyendo. Vivamos en templanza (virtud), perdonando nuestros propios errores y perdonando a los demás que también los cometen por ignorancia. Acerquémonos a nuestro Padre espiritual sin vergüenza que Él puede leer en nuestros corazones y nos conoce mejor que nosotros mismos.

Intenta comprender a los demás y comprender que los demás no te comprendan, así nadie podrá hacerte daño, o como diría Jesús: "Perdónalos Señor porque no saben lo que hacen".

Damián Alvarez





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