sábado, 10 de abril de 2021

Curaciones Inconscientes de Jesucristo a través de las Leyes de Interacción y Resonancia Energética

Jesucristo: Sanador en Potencia, Cura con tan solo su Existir

Cuando una mujer que sufría de un derrame interno tocó la capa de Jesucristo, este dijo: "alguien me ha tocado porque he sentido que energía sanadora ha salido de mi".
Aunque no existe prueba alguna de tal curación, dícese que la mujer dejó de sangrar inmediatamente.

En este "milagro" de Jesucristo nos damos cuenta perfectamente de que hubo una interacción y resonancia energética entre la mujer y Jesucristo, y por ende, pudo curarse, de no haber sido así, Jesucristo no hubiera notado que de su alma se desprendió energía sanadora.

Nosotros, los sanadores, estamos acostumbrado a notar que "nos sale" energía sanadora en contacto con otras personas, sin que tengamos que hacerlo de forma consciente, lo que demuestra también que las leyes de interacción y resonancia energética entre los seres vivos se suceden de forma natural y altruista, o sea, que la energía de amor que nos compone tiene una conciencia propia, y que su esencia es sanar, curar, reparar, amar, de forma indiscriminada.

La Mujer que Padecía el Derrame interno
Sabía que tan solo con Tocar a Jesucristo se Curaría

El sistema de chakras humano está formado por unos vórtices energéticos, que como pequeños huracanes absorben y desprenden energía de forma natural para mantenerse vivos, y según lo expuesto también para mantener vivos a otros seres.

Tenga en cuenta que en ciertas universidades alemanas se ha demostrado que las plantas débiles y/o enfermas absorben energía de las plantas más fuertes para sobrevivir, lo que demuestra una conexión desinteresada entre los vegetales, predominando el grupo antes que el individuo, y no crea que es parasitismo como algunos intentan hacernos creer sino unión y solidaridad. De la misma manera, la ciencia cree que se sucede entre los seres humanos. Nosotros estamos seguros, y lo tenemos más que comprobado, que así es, sin duda alguna.

En este caso, Jesucristo no tuvo que hacer nada para curar a la mujer citada, tan solo su existir causó tal "milagro".

Acostumbro a decirle a mis alumnos que la sanación no es una hora de terapia, sino que la sanación es la vida, y que allá donde va un sanador, pues va sanando.

Damián Alvarez
30 Años Sanando y Educando al Mundo