El niño
sanador o eslabón sanador (oveja negra de cada familia), que siempre está
enfermo, que siempre sufre, que siempre se queja, muy bien puede ser una carga
para la familia.
Lo que no sabe la familia es que, gracias a esa "oveja
negra", la familia se mantiene equilibrada, ya que el niño sanador absorbe
las energías negativas que enfermarían al resto de los miembros de la familia
si él no existiera.
Entonces, pues, ¿debemos de separarnos de aquél o aquellos
que se sienten mal a causa de nuestros propios sufrimientos y enfermedades?
Aparte del extremo egoísmo que tal proceder conlleva ¿Quién nos sanaría entonces?
Damián Alvarez
33 Años a tu Lado (muy cerquita)