Las religiones intentan hacernos creer que la Templanza es la Virtud de controlar nuestras pasiones/instintos básicos como si fueran "algo" que no pertenece al Espiritu sino al cuerpo físico, ya que, según ciertas religiones, del espiritu sólo pueden provenir "buenos" sentimientos.
En verdad, la religión tiene la razón en que ciertas pasiones debemos controlarlas, pero no son pasiones del cuerpo físico sino del Alma. Es el Espiritu el que "empuja" al cuerpo físico.
La religión afirma también que el cuerpo es el templo del Alma y que debemos controlarlo para que no se deje llevar por esos instintos que ellos creen provienen del cuerpo y tener un templo puro para un Alma pura. La Realidad es que debemos de hacer de nuestra Alma un Templo ya que es esta Alma la que guía al cuerpo físico y no al revéz.
Teniendo lo anterior claro definiremos la Templanza de una manera lógica real y no religiosa:
La Templanza es la capacidad de autocontrol de un individuo para mantenerse equilibrado, centrado y relajado gracias al Amor.
Existen dos aspectos de la Vida o de nuestra Alma que nos pueden hacer perder el control, osea nuestra capacidad de mantenernos templados. Los dos aspectos se superan con el Amor.
El primer aspecto es interior. Nuestros sentimientos, pasiones e instintos más básicos o de supervivencia que hacen que nos desbordemos viciosamente en el sexo, en la gula, en la agresividad, como si fueramos animales. En éste caso usamos el nivel más bajo de nuestro Sistema de Chakras.
El segundo aspecto es exterior. También este aspecto hace que reaccionemos con un instinto de supervivencia, y es cuando nos sentimos atacados por el aspecto interior de desequilibrio de otros seres hacia nosotros. Ponemos algunos ejemplos: Si alguien nos intenta robar, violar, quitarnos la comida o matar reaccionamos con nuestro propio sistema de sentimientos, emociones e instintos desequilibrado, osea nos enfadarémos, lucharemos e intentarémos defender lo que creemos nuestro con uñas y dientes, como si fuéramos animales, con una destemplanza total.
El segundo aspecto es exterior. También este aspecto hace que reaccionemos con un instinto de supervivencia, y es cuando nos sentimos atacados por el aspecto interior de desequilibrio de otros seres hacia nosotros. Ponemos algunos ejemplos: Si alguien nos intenta robar, violar, quitarnos la comida o matar reaccionamos con nuestro propio sistema de sentimientos, emociones e instintos desequilibrado, osea nos enfadarémos, lucharemos e intentarémos defender lo que creemos nuestro con uñas y dientes, como si fuéramos animales, con una destemplanza total.
Los dos aspectos de la destemplanza los ocasiona el miedo y los dos se superan con Amor. Si, el Amor es la Fuerza que hace nos manténgamos templados.
Nadie nos puede quitar nada/algo, porque nada es nuestro. "No tengan miedo de los que pueden matar vuestro cuerpo pero no vuestra Alma" "De que te vale ganarte el mundo si te pierdes a tí mismo" o "Vuelve la otra mejilla" son sólo una pocas citas de la Biblia que ilustran que no tenemos que vivir con miedo o creer que poseemos "algo". Todo es de Dios.
El vivir elevando nuestro Sistema de Chakras al nivel del Amor nos mantendrá en Templanza. No necesitáremos enfadarnos, pelear, ponernos nerviosos, preocuparnos, alterarnos, desear a el/la del prójimo o lo del prójimo. Tampoco ponernos eufóricos o alterados en bacanales de supuestas "alegrias" porque eso sería síntoma de destemplanza.
No acciones o reacciones con "mecha corta" (nivel más bajo del Sacro) sube la energía que te intenta desequilibrar hasta el chakra Corazón y reacciona con Amor, reacciona con Templanza.
A las energías negativas les encantan las personas desequilibradas, así pueden actuar a travéz de ellas como canales de desequilibro energético para destrucción del planeta y la humanidad.
Templanza tiene su raiz literaria en la palabra Templo. Hagamos de nuestra Alma un Templo donde pueda vivir nuestro cuerpo en Armonía y no al revéz como dicen las religiones.
Un Templo fuerte, con unos cimientos de Amor, Fe, Esperanza y Templanza. Un Templo donde nuestra Alma y cuerpo puedan vivir en Paz, porque la Templanza es, ni más ni menos, Paz.