miércoles, 31 de julio de 2013

El Niño Sanador. Un Sol en tu casa, un enviado de Dios


Recuerda que Jesús tambien fué un niño diferente, enviado de Dios

No reprendas a tu hijo o hija si no se comporta como se espera que se comporten los niños, no lo reprendas si no quiere darle un beso a la tía.

 Escúchale y hazle caso cuando se quiera ir de algún lugar determinado o cuando te diga sin más ni más “Pepe malo”, aunque tu no lo creas, el niño sabe que Pepe es malo.

No castigues a tu hijo si se pone impertinente en la cola de la caja de aquellos almacenes, lo más probable es que esté sintiendo la impaciencia de los clientes que esperan para pagar sus compras y el nerviosismo y agobio de la cajera. No te enfades con tu hijo si se pone nervioso en el supermercado, si pudieras ver las energías de ciertos lugares donde existen aglomeraciones de personas verías un “campo de batalla energético”.

No regañes a tu pequeño gran sanador cuando se comporte “raro” piensa que él puede “ver” más allá que tu, y no te quejes nunca de lo mucho que se enferma, gracias a él quizás estás viva tu, tu marido y tus otros hijos.

Cuida con esmero a tu hijo, si es un “eslabón sanador” necesita de mucho contacto físico, de mucho amor de verdad, de caricias, de masajitos en la barriguita, de escuchar “te quiero pichoncito”. Piensa que para su alma el mundo en el que vivimos ausente de amor es algo extraño y no lo entiende.

Piensa que tienes un Sol en tu casa, una Joya, un enviado de Dios...

Damián Alvarez
Gran Era del Amor