domingo, 23 de febrero de 2020

La Felicidad no se Vende en las Farmacias. Las Personas más Inteligentes son las más Felices.

Solo las personas Inteligentes son ella mismas, libres de Prejuicios

Gobernantes, políticos, científicos, doctores, adinerados, etc., acuden a Sanadores, aunque sea en secreto. Ellos creen, pero no en algo abstracto, sino en el hecho de que se sienten mejor, con más fuerzas, más energía, más relajados, más sanos y más felices después de haber recibido una sesión de sanación.

Claro está, sería de tontos dejar escapar aquello o aquél que hace que nos sintamos mejor. Además, si en una Terapia me siento mejor, y en dos mucho mejor, porque no seguir entonces visitando a ese sanador tan bueno. Sería de poco inteligente no sanarse cuando existe esa oportunidad ¿verdad?

Si existe un Sanador que puede deshacer de mi vida mis penas, mis traumas, mis frustraciones y mis enfermedades físicas, pues bienvenido sea porque es lo que estoy buscando, porque es lo que todo el mundo está buscando: La Felicidad. De inteligentes aprovechar la oportunidad de ser feliz.

La Sanación es el Tesoro que busca el Alma

El Sanador se convierte en el "médico", sanador, guía y protector de la familia inteligente. Los padres llevarán a sus hijos para que sean tratados por el Sanador, y los hijos a sus hijos, viendo el Sanador pasar por su consulta a varias generaciones de la misma familia a lo largo de su carrera.

Escribo este artículo porque he escuchado muy a menudo últimamente la frase del título de estas mis letras. Realmente son personas muy pero que muy inteligentes las que acuden a aquél que los sana y los educa en el arte de vivir, pero aún son más inteligentes las que se atreven a decirlo. Valgan estas mis palabras como homenaje hacia ellos.

Me acostumbran a decir: "si tuviera mucho dinero te contrataría de por vida, o las 24 horas del día". Lo anterior solo lo pueden decir las personas muy inteligentes.

El Escepticismo suele desaparecer cuando ya no queda otro "Remedio"

Algunos, debido a prejuicios, miedos, vergüenzas a lo que los demás podrían pensar y decir si se enterasen de que acuden a un Sanador, o quizás, el orgullo, la vanidad y la prepotencia de sentirse "menos" por creer que dejar en manos de un Sanador la salud de su cuerpo y alma sería un síntoma de debilidad, y no desean "depender" de alguien toda su vida, dejan de acudir a aquél Sanador que los ayudó en su momento, les resolvió los problemas, los guió, los sanó, los curó. De idiotas actuar de tal manera, sería como encontrar un tesoro y tirarlo a la basura.

Algunos solo se acuerdan del Sanador cuando ya no les queda otro remedio, y algunas veces, y no por venganza, sino por casualidad (o quizás Justicia divina), ya no encuentran a ese Sanador que les pudiera haber ayudado, porque se ha trasladado, se ha retirado, o lo que sea.

No esperes más. No seas tonto. Si conoces a un buen Sanador Terapeuta no lo dejes escapar, haz de él o ella parte de tu vida, de tus planes, de tu futuro, de tu familia, porque más vale, si así fuera el caso, "depender" de aquél que te sana, de aquél que trabaja para Dios y te trata con amor, que depender de un puñado de pastillas el resto de tu vida.

Damián Alvarez
Gran Era del Amor