lunes, 18 de febrero de 2019

Metafísica de la Nariz (Primera Parte)

Hueles y te Huelen más de lo que Crees

Conozco personas que saben diferenciar, por ejemplo, las energías del sistema de sanación reiki, según su aroma. Dicen que los perros pueden oler el miedo en  las personas. Sabemos que las energías negativas huelen mal. Con los ejemplos anteriores deseo transmitir una verdad casi oculta: Usamos más la nariz de lo que creemos.

A través de la información que recibimos por nuestra nariz también planeamos nuestra vida, aunque no seamos conscientes de ello.

Soy consciente de que, algunos autores, aseguran que gracias al sentido del olfato mantenemos barreras, ponemos límites, nos guiamos en la vida, pero ellos dicen que "simbólicamente". Yo digo que de simbolismo nada. Los aromas y los malos olores rigen nuestra vida de forma palpable, demostrable, aunque, como he dicho antes, muchas veces inconsciente, no por ello menos real.

Las enfermedades relacionadas con el sentido del olfato y no con la nariz física que realmente las únicas funciones que tiene es la de equilibrar la temperatura del aire así los pulmones lo puedan asimilar mejor, y la de actuar como un filtro contra polvo y otros contaminantes, se rigen por los siguientes factores:
"No queremos oler", "lo que olemos no nos gusta", "lo que olemos nos está haciendo daño", "no queremos oler a los demás o a nosotros mismos", "lo que olemos nos afecta demasiado", "no existe nada bueno que oler en nuestra vida", etc.

Existe Química (buen aroma), en tus Relaciones o algo no Huele bien

Soy consciente de que hoy en día, el ser humano oculta su propio olor natural tras perfumes, intentando comunicar a los demás, transmitir a los demás unas energías positivas que quizás no posee.

Soy consciente también de que muchas veces nos guiamos por olores artificiales, y no solo en las relaciones humanas, sino también al adquirir alimentos. Una comunicación "no real" que nos puede confundir y hacer que nos equivoquemos en nuestras decisiones, por lo que es de máxima importancia desarrollar el sentido del olfato, por lo menos como buen sanador.

Un aroma o mal olor no nos "engaña", aunque lo hagan expresiones corporales, ropas y demás. Además, ya que los olores llegan de forma automática al cerebro, la energía recibida a través de estos nos afecta de inmediato.

Los aromas nos afectan de forma más profunda y veloz de lo que nunca nos hemos planteado, sobre todo pueden, en cuestión de segundos, equilibrar o desequilibrar el chakra Sacro, que sabemos relacionado directamente con el chakra Garganta.

Los olores corporales, sobre todo durante las relaciones sexuales son el mejor ejemplo de lo que deseo explicar.



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