Hueles y te Huelen más de lo que Crees |
Conozco personas que saben diferenciar, por ejemplo,
las energías del sistema de sanación reiki, según su aroma. Dicen que los
perros pueden oler el miedo en las
personas. Sabemos que las energías negativas huelen mal. Con los ejemplos
anteriores deseo transmitir una verdad casi oculta: Usamos más la nariz de lo
que creemos.
A través de la información que recibimos por nuestra
nariz también planeamos nuestra vida, aunque no seamos conscientes de ello.
Soy consciente de que, algunos autores, aseguran que
gracias al sentido del olfato mantenemos barreras, ponemos límites, nos guiamos
en la vida, pero ellos dicen que "simbólicamente". Yo digo que de
simbolismo nada. Los aromas y los malos olores rigen nuestra vida de forma
palpable, demostrable, aunque, como he dicho antes, muchas veces inconsciente,
no por ello menos real.
Las enfermedades relacionadas con el sentido del
olfato y no con la nariz física que realmente las únicas funciones que tiene es
la de equilibrar la temperatura del aire así los pulmones lo puedan asimilar
mejor, y la de actuar como un filtro contra polvo y otros contaminantes, se
rigen por los siguientes factores:
"No queremos oler", "lo que olemos no
nos gusta", "lo que olemos nos está haciendo daño", "no
queremos oler a los demás o a nosotros mismos", "lo que olemos nos
afecta demasiado", "no existe nada bueno que oler en nuestra
vida", etc.
Existe Química (buen aroma), en tus Relaciones o algo no Huele bien |
Soy consciente de que hoy en día, el ser humano
oculta su propio olor natural tras perfumes, intentando comunicar a los demás,
transmitir a los demás unas energías positivas que quizás no posee.
Soy consciente también de que muchas veces nos guiamos por
olores artificiales, y no solo en las relaciones humanas, sino también al
adquirir alimentos. Una comunicación "no real" que nos puede
confundir y hacer que nos equivoquemos en nuestras decisiones, por lo que es de
máxima importancia desarrollar el sentido del olfato, por lo menos como buen
sanador.
Un aroma o mal olor no nos "engaña",
aunque lo hagan expresiones corporales, ropas y demás. Además, ya que los olores
llegan de forma automática al cerebro, la energía recibida a través de estos
nos afecta de inmediato.
Los aromas nos afectan de forma más profunda y veloz
de lo que nunca nos hemos planteado, sobre todo pueden, en cuestión de
segundos, equilibrar o desequilibrar el chakra Sacro, que sabemos relacionado
directamente con el chakra Garganta.
Los olores corporales, sobre todo durante las
relaciones sexuales son el mejor ejemplo de lo que deseo explicar.
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