jueves, 8 de diciembre de 2011

Sugilita



La Sugilita desprende un haz de luz purpura profundo que aporta paz

También llamada Luvulita. De color purpura, pero más oscura y "profunda" que la Amatista. "Piedra" perteneciente al Tercer Ojo, que enlaza la mente superior con el cuerpo físico, dando control sobre las facultades psíquicas y parapsíquicas para que ellas equilibren y sanen el cuerpo.

Las Sugilitas nos devuelven la alegría de nuestra infancia

Este cristal aplicado sobre el Tercer Ojo, nos da a conocer el origen de los desequilibrios, disfunciones, trastornos y enfermedades físicas. Cuando entendemos porque nos enfermamos nos sentimos más seguros de poder sanarnos, ya que el conocimiento que aporta la Sugilita da paz. Paz de saber que cambiando nuestros hábitos, costumbres, formas de pensar, etc. podemos sanar nuestra vida. Si no sabemos porque nos enfermamos nos sentimos inseguros y quizás pensemos que no nos podremos sanar, ya que no conocemos el origen o raíz de la enfermedad. La Sugilita nos da esa información intuitiva, elevada que necesitamos para sentirnos tranquilos, ya que, entonces, podemos hacer algo al respecto, podemos poner algo de nuestra parte para curarnos. La sabiduría aporta siempre paz y seguridad. De gran ayuda para vencer las enfermedades terminales a través de pensamientos positivos y el poder de la fe.

La "sabiduría" de la Sugilita aporta seguridad y paz interior

Se puede meditar en Sugilita, llevarla puesta o dormir con ella, para que nos de protección y alegría infantil (verdadera). Muy buena para tratar a los niños deprimidos.

En practicas Gemoterapéuticas se aplica sobre el Tercer Ojo, quizás junto con Amatista para obtener sabiduría superior o (como dirían otros) información interior sobre le origen de las enfermedades y como deben sanarse.

Dispuestas en las ingles, debajo de los brazos (axilas), sobre las glándulas linfáticas, sobre el baso, hígado, etc. purifican la sangre y el sistema linfático.

La Sugilita, al mismo tiempo que nos invita a recibir sabiduría superior, también nos sana la mente. pero de una forma mucho más profunda que la Amatista. La Sugilita llega al subconsciente y no solo para obtener información sobre la realidad de nuestras dolencias físicas, sino también para sanarlo
Gran Era del Amor