sábado, 15 de octubre de 2011

La Línea Hara y Nuestra Misión en la Vida


Todo lo que hacemos tiene una Intención. Observando como se Expresan y como Actuan las personas nos podemos dar cuenta fácilmente de la Intención trás sus Actos y Expresiones.
Podemos "cargar" nuestros Actos con diferentes Energías, por ejemplo con Energías de Odio, Rencor, Rabia, Amor, Compasión, etcétera. Las Energías que acompañan a los Actos y Expresiones del Ser Humano delatan sus Intenciones.

Pero cualquier Persona te podría engañar con sus Actos y Expresiones tan solo con "hacer un poco de teatro". Nunca pongas Importancia en como una persona se viste, se expresa o actúa ante ti. Siente, Siente su Alma y las Energías de su Alma. Las Energías de su Intención nunca te podrán engañar. El Alma no se puede ocultar.

Alguna vez escribí "Pobre de aquellos que intenten esconder sus Mentiras detrás de un Cuerpo Físico en el momento de la Muerte". El Alma no miente Nunca. El Alma Es lo que Somos en cualquier momento.
Jesús decía: "Por sus frutos reconoceréis al árbol"

Expuesto lo anterior os preguntaréis ¿y qué tiene que ver todo ésto con la Línea Hara y nuestra Misión en la Vida?
Pues mucho. La Historia de Nuestra Vida se encuentra en la Línea Hara, (tubo de Energía principal que atraviesa verticalmente el centro del Cuerpo físico uniendo la "Estrella del Alma", la "Estrella del Núcleo" y la "Estrella de la Tierra" (ver Primer Nivel del Sistema de Sanación Espiritual), así mismo nuestra Intención (las Energías trás nuestros Actos y Expresiones) se encuentran también en la Línea Hara.

La Misión Verdadera de nuestra Vida se encuentra en la "Estrella del Núcleo". La "Estrella del Núcleo" es nuestra Esencia Divína, un Caudal Infiníto de Amor, una Fuente Inagotable de Poder y Vida, quien Realmente Somos, Seres Creados a Imagen y Semejanza de Dios.

La "Estrella de la Tierra" es un Centro Energético que vibra con la misma Frecuencia que la "Estrella del Núcleo" y no solo que nuestra Alma y Cuerpo Físico reciben Energía desde este Centro de Poder, sino que es el Centro que recibe, recoge, arraiga la Misión de Nuestra Vida en el Planeta, en nuestra Vida. "Por sus frutos reconocereis al árbol".

La "Estrella del Alma" es un Centro de Poder Divíno de la Anatomía Espiritual, que vibra también con la misma Frecuencia Energética que la "Estrella del Núcleo" y la "Estrella de la Tierra". Desde la "Estrella del Alma" procede la Guía Divína, la Voluntad Divína. La Fuerza Energética que hace posible manifestar la Misión de Nuestra Vida.
La Voluntad de Dios, Su Luz Pura, atraviesa la "Estrella del Alma" para conectarse con nuestra  Esencia Divína (la "Estrella del Núcleo") a través de la Línea Hara (Intención) y se manifiesta en nuestras Vidas arraigándose a la "Estrella de la Tierra" también a través de la Línera Hara (la Intención).

Así pues, la Intención de nuestra Vida une la "Estrella del Alma", la "Estrella del Núcleo" y la "Estrella de la Tierra".

Si la Intención detrás de nuestros Actos, de nuestra Vida no está en Armonía (tiene la misma frecuencia energética) con los tres Chakras Transpersonales nombrados anteriormente, entonces tendrémos muchos problemas en la Vida. Nos enfermarémos, las"cosas" no saldrán bien, tendrémos problemas en los negocios, las relaciones, tendrémos problemas con nosotros mismos y con todo el mundo, fracasarémos.

Pero, si en cambio, la Intención de nuestra Vida está en Armonía con la Voluntad de Dios ("Estrella del Alma") con Nuestra Misión Vital ("Estrella del Núcleo) y con la "Estrella de la Tierra", entonces la Voluntad de Dios y la Nuestra serán la Misma y la Voluntad de Dios se manifestará en la Tierra a través de Nosotros. Coseguirémos todas nuestras Metas, Crearémos no solo para Nosotros, sino para los demás y para Dios. Nos sentirémos Realizados, Felices, Pletóricos de Salud y Amor. Nada nos parará. Harémos Grandes "cosas" para el Bien de la Humanidad. Conseguirémos todo lo que nos propongámos. Llevaremos a cabo Nuestra Misión en la Vida...
...y no olvides que "por sus frutos reconoceréis al árbol", porque nadie puede engañar a Su Alma ni a Dios...
Gran Era del Amor