sábado, 17 de agosto de 2013

Toda Sabiduría proviene de Dios

La Sabiduría de Dios no es un Secreto

SABIDURÍA

Toda Sabiduría proviene de Dios,
y existe en El por toda la Eternidad.

Solo Uno es Sabio: Dios,
El mismo creó la Sabiduría.

La injusta ira no se puede conservar,
la ira domina al hombre y lo hace fracasar.

El paciente aguanta hasta que el tiempo llega,
luego irrumpe la alegría desde su interior.

El ahorra sus palabras hasta el momento oportuno,
entonces muchos alabaran su inteligencia.

No te eleves tu mismo,
puedes caer y atraer vergüenza sobre ti.

Ten paciencia en todos tus sufrimientos
así te irá siempre bien al final.

Porque como el oro se forja en el fuego,
así se prueban los escogidos de Dios en el horno del sufrimiento.

Tus pecados se sanan cuando te ocupas de tu padre,
y cuidar a tu madre es como guardar tesoros.

La bondad hacia un padre no se olvidará jamás,
construye lo que tus pecados destruyen.

Haz tus cosas con humildad,
así serás más amado que el generoso con regalos.
Sé más humilde según más triunfas.

No preguntes sobre lo que está más allá de tu entendimiento,
no investigues en lo que está por encima de tus fuerzas.

Piensa en tu Misión Divina
lo demás que está oculto no te interesa.

No gastes energía en lo que no tiene que ver con tu Misión Divina,
lo que puedes ver es más de lo que el humano nunca podrá entender.

Muchos se han perdido en sus especulaciones,
y fantasías dañinas han confundido sus entendimientos.

El listo se interesa en las palabras sabias,
poder escuchar es la alegría del sabio.

El agua apaga el fuego,
ayudar al necesitado sana los pecados.

El que da bueno con bueno será recordado después,
y si un día tambalea encontrará apoyo.

No le hagas daño al hambriento,
no retes al que pasa necesidades.

No molestes más a un corazón ya amargo,
no dejes que el que te pide espere por tu regalo.

No le des la espalda al necesitado,
no vuelvas la vista del que te pide.

Escucha al necesitado
y contéstale amablemente de tu a tu.

Se como un padre para el huérfano,
y como un marido para su madre.

Aprovecha el momento, pero aborrece lo malo.
Y no te avergüences nunca de ti mismo.

Jesús Syrak

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